¿Cómo estáis?
Aquí seguimos confinados y al menos yo, en la fase 0.
Espero que estéis bien de salud.
Yo estoy deseando volver a los escenarios. Estoy que no me controlo las ganas. Ojalá poco a poco volvamos a la normalidad y a ser lo que fuimos.
Lo teníamos todo y no nos habíamos dado cuenta.
Cuánto me acuerdo en estos momentos de todas las parejas que con tanto cariño preparaban su boda y la han tenido que posponer por el coronavirus.
Para animarles, les voy a dedicar esta canción que con tanto cariño hemos hecho todas las personas que participamos en este video. Se trata del reto «Ayúdame a Reír» que si me seguís en redes, ya sabéis de qué se trata.
Os lo dejo aquí para que podáis disfrutar de esta canción y de este video que hemos preparado gracias a la ayuda de todos los que habéis participado en él.
En el capítulo de hoy, 13 de mayo de 2020, os voy a hablar del traje de mi marido, Esaú Fernández.
Esaú eligió un modelo de chaqué del diseñador Álvaro Moreno, en color azul noche, con camisa blanca y corbata de lunares.
Llevó unos gemelos de oro blanco con brillantes, regalo de Luismi, un amigo personal de Esaú que es como un hermano para él.
Y por supuesto, no podía faltar el reloj que le da suerte, según él dice, pues se trata del reloj que yo le regalé en nuestra pedida de mano.
Ellos nos regalan un anillo, pero hay quien dice, que es tradición que la mujer regale al hombre un reloj y eso hice yo.
En el reloj se puede leer mi nombre junto al día en que comenzamos a salir.
Por último, Esaú llevó unos zapatos también de la firma de Álvaro Moreno; un modelo azul marino acordonado.
Desde este blog queremos agradecerle a Álvaro Moreno como se portó con nosotros el día de nuestra boda. Estuvo en la habitación de Esaú ayudándole a calmar los nervios previos al enlace y es un señor de categoría máxima. Tanto él como su esposa hacen una pareja maravillosa y nos dieron mucho cariño antes, el día de la boda y después. Gracias familia Moreno.
Esaú también quiso innovar y cuando yo me cambié de vestido en la fiesta, él se puso un chaleco grana y oro, diseñado también por Álvaro Moreno, que hacía el simulacro de chaleco taurino, como homenaje a su profesión; torero.
Esto fue sorpresa para mí, pues él me dijo: María, yo también tengo cositas que te van a sorprender. Pero nunca me dijo nada.
Cuando salimos a bailar la sevillana, yo me había cambiado de vestido, pero me di cuenta que él se había puesto un chaleco muy taurino. ¡Qué arte más grande!
Me volvería a casar de nuevo con Esaú, por volver a vivir todos los momentos que juntos vivimos ese día.