Comenzé a organizar nuestra boda creando un logo que nos identificase. Queríamos que dicho logo uniese nuestras profesiones: música y tauromaquia. Para ello, diseñamos un hierro con nuestras iniciales, M y E, añadiendo dos alianzas unidas que simbolizasen nuestro matrimonio.
Así quedó el logo.

A partir de ahí, empezamos a hacer la invitación de boda. Yo quería que fuese un papel de color blanco nuclear con bastante gramaje y quería que nuestro logo fuese estampado en golpe seco para que al abrir la invitación también se viese el logo en dorado. Blanco y oro, como ya sabéis, serían los colores de nuestra boda.

Por dentro, la invitación sería un piano y las teclas irían en reserva uvi, que es una técnica que aporta un brillo especial, y así, al movimiento, las teclas del piano brillarían.

Como veis, tuve que aprender hasta técnicas de imprenta jejeje, porque todo me lo tuve que hacer solita.

Personalmente, os animo a que seáis vosotr@s mismos l@s que toméis las riendas de cómo queréis todo en vuestra boda para que así el día salga como siempre soñasteis.

La invitación quedó así.

La diseñaron la empresa Ponlo y las encargamos en Toledo, en la imprenta Grafox. José, el dueño, es un amor de persona y nos trató fenomenal.

Luego empezó el lío de las confirmaciones… Este es el momento clave en el que descubres quién es tu verdadero amigo, el que te quiere de verdad y hace todo lo posible por venir a tu boda. En los momentos importantes de tu vida, ya sea un episodio triste o feliz, te das cuenta de que hay ciertas personas que no son tan amigos como creías y no merecen que inviertas tu tiempo en ellos. 

Finalmente, en la boda estuvieron todas las personas que esperábamos. Es importante que no invitéis a nadie por compromiso o a personas que no te haga verdadera ilusión ver en vuestro gran día. La clave para decidir si queréis invitar a alguien o no es que penséis si con el paso del tiempo, al abrir vuestro álbum de fotos de boda, os va a dar alegría verlo o no. Nosotros tuvimos 400 invitados y a todos los queremos muchísimo. No echamos de menos a nadie. 

Todo a partir de ahora iría en ese branding del logo: los meseros, el setting plan, el photocall. Esa imagen nos acompañará de por vida. 

Como nos encantan los detalles, decidimos encargar a José Ruano, el carpintero de mi pueblo, Mocejón, un burladero con nuestro hierro y diversas señales con el logo que indicaban el camino hacia el lugar de la celebración. Estamos muy contentos con el resultado. 

En próximos capítulos, os enseñaré más cositas de nuestra boda. El día 13 de cada mes, tendréis una publicación nueva para que conozcáis un poco más del día en el que tuve mi mejor corazonada: casarme con mi marido, Esaú Fernández.

De corazón,

María