Para mí, el color blanco simboliza la pureza.
Por eso, elegí el blanco junto al dorado como los colores para decorar nuestra boda.
Como todos sabéis, el piano es el instrumento que más me gusta y siempre acompaño mi voz del piano.
Por eso, el piano no podía faltar en nuestro enlace.
Tenía claro que sería blanco pero mi duda era dónde colocar el piano.
En un primer momento, pensé colocarlo al lado del altar mayor y allí poder acercarme a cantar algo.
Pero la verdad, me parecía injusto que las personas que llevaban en la calle esperando horas y horas para vernos convertidos en marido y mujer, no pudiesen disfrutar de ese momento.
Por eso, pensé que el sitio adecuado para el piano, era en plena calle, delante de la iglesia para que todo el público allí presente, disfrutasen del momento final.
Las personas que llegaban invitadas a la boda, cruzaban la alfombra, para acceder al interior de la iglesia, pero no veían el piano, pues el piano se montó justo al empezar la ceremonia, cuando todo el mundo estaba dentro. De esta forma, nadie vio el piano al llegar, sino que al salir de la iglesia, descubrieron la sorpresa del piano.
Todo el mundo decía: ¿pero en qué momento han montado el piano? ¿Pero y ahora qué va a pasar?
Pues bien, al finalizar la ceremonia, una vez que nuestros invitados nos lanzaron los pétalos de rosas blancas colocados en unos soportes en la puerta, mi marido y yo nos dirigimos al piano blanco y allí pude cantar la sevillana que compuse expresamente para ese día «Sevillanas de la Luz».
Quiero aclarar que mi marido, no sabía nada de esto. Él me decía: Cariño, ¿ahora dónde vamos?
Yo le dije: Tú sígueme que verás la que te he preparado, jejeje.
Además de la sevillana, añadí para la ocasión, un estribillo que me surgió la noche antes. El estribillo decía:
«Siempre soñé con vestirme de blanco
y del brazo de mi padre entrar juntos caminando.
Siempre soñé con vestirme de blanco
y entregar mi corazón al hombre que estoy amando».
Como sabéis, esta sevillana la incluí en mi quinto disco «Corazonada» y creo que es una de vuestras canciones favoritas del disco.
En las invitaciones de boda aparecía la frase «desde que tú llegaste, mi casa tiene otra luz», que nadie sabía lo que significaba, pero pudieron adivinarlo cuando escucharon la sevillana.
Allí ya comprendieron toda la historia que había montada alrededor del piano blanco: las invitaciones en forma de piano blanco y la frase de la sevillana que aparecía en la invitación de boda.
Para mí, este momento fue de los más emotivos de la boda, junto con la entrada, porque tenía los nervios a flor de piel, pero una felicidad absoluta de estar haciendo lo que más me gusta; cantar delante del amor de mi vida y de todos mis paisanos allí presentes.
Os dejo aquí el video de ese momento que siempre permanecerá en mi memoria.